miércoles, 20 de febrero de 2013

2ª parte de "DELOS TIEMPOS EN LA REGENTA A LOS DEL VICTORIA

Aquí tenéis la segunda parte de "De los tiempos en La Regenta a los del Victoria". Es todo el material que tengo sobre el tema. Poseía mucho más, pero por mi vida de "viajero" he ido dejando cosas en todos los lugares que habité. ¡Sí! Como ocurre con los caracoles y su baba, dejando un rastro fácil de seguir. Aun cuando ese rastro mio, se parezca al curso del río Guadiana, ese que tras su nacimiento desaparece, para luego reaparecer unos kilómetros mas allá.
En esta ocasión he tenido que buscar, como en el caso de Casimiro Bleda por Internet, pues no quería que faltara entre estas imagines. Casimiro, que creo que nunca se enteró porque dije que nació en "Tabarra" y no Torraba, ¡Por los tambores, Casimiro! Por la tabarra que dan los tambores de Tobarra. ¿Ahora si?
Bueno, puedes mirarte entre una década y otra, pero no compares, ya lo has oído decir: "son odiosas", si bien algunos ganamos con el tiempo. ¡Qué le vamos ha hacer!
De cualquier modo, no doy por terminada esta recopilación, así que si conservas alguna imagen más que aquí no aparezcan, como aquellas de la "Gran Gira"puedes hacérmelas llegar.
Por último, si lo deseas puedes disponer de las dos partes de este trabajo en calidad HD. Me lo pides y yo te lo mando.

sábado, 9 de febrero de 2013

EL MISTERIO DE LA "H" PERDIDA Y ARTICULO DE CARNAVAL


El Misterio de la H perdida.

En estos días, en lo que todo es tecnología, no podemos hablar de “ratas” ni “erratas” de imprenta, más cuando hasta tienes un corrector en el procesador de textos por muy cutre que sea, ó a la postre siembre hubo un corrector humano, antes de mandar a imprimir, no obstante ocurre que la puñetera errata se escapa.
Pero si esto es extraño y desconcertante, observe el siguiente ejemplo en que la errata surge tras la corrección.
Adjunto mi artículo para la revista de carnaval de este año y su edición. ¿Dónde fue a parar la “H”? ¿Tal vez a otra “A” que no la necesitaba? Descubre el misterio.








ANOTACIONES PARA UN PROYECTO DE “AUTO MAGNO” PARA EL CARNAVAL DE BADAJOZ.
Bastante esperpéntico y no menos estrambótico.
Según unos A4 encontrados y perdidos en un puente por un autor desconocido

Por Juan Antonio Méndez del Soto
Que fue quien encontró los papeles

A mi buen amigo  Biguel Burillo

–¡Bien! ¿Todo y todos listos?
Motor… Cámara…
¡Acción!
(Claqueta)
–¡Toma uno! ¡Escena primera!
Interior día.
¡Clak!

–Don Biguel Burillo, supongo.
Una melodía de intriga extraterrestre lo inunda todo. La mosca, tamaño humano con unos centímetros más, mira hacia todos los lados, intentando vanamente, localizar la procedencia de la extraña música, que ha logrado ponerle el pelo de punta.
–¿Ha oído eso, don Biguel?

–He oído ¿el qué?

–La extraña búsica, que acaba de sonar.

–¿Búsica? ¿Qué diantre es eso de búsica? ¡No me responda!

–¿Lo hago después de la publicidad?

–¡No! Lo que deseo, es que antes de adentrarnos en los terrenos pantanosos de lo exotérico, etéreo, místico, irreal, me responda a una pregunta: ¿Por qué supone con tanta seguridad, que soy el que usted cree?

–Con bucho gusto.
Es evidente que puede ser, con toda seguridad usted, la persona que yo supongo. La razón es simple, todo el bundo se sienta, tras la besa de su despacho, en un buen sillón giratorio y usted, se encuentra arrodillado en un reclinatorio.

–¿Reclinatorio? –Burillo mira el reclinatorio, lo palpa, acaricia y lo besa, –Mi reclinatorio bonito, mi reclina. Creí que me lo habían robado, anoche cuando dormía… –repentinamente deja de acariciar el reclinatorio y mirando de reojo a un lado y a otro con desconfianza, continua hablando. –Existe un gran número de personas siniestras, que quieren despojarme de todo lo que me pertenece, incluidas mis creaciones. El peor de todos, anduvo por aquí esta mañana, que lo sé, mientras fui a hacer pipí… y a esconderme de paso, la verdad sea dicha. No voy a negar que le temo. Jofaina el Tetricus, ¿lo conoce usted?
Nuevamente suena la música de intriga alienígena. La mosca, con su dedo índice apuntando al techo, mira a Biguel Burillo y mueve levemente la cabeza hacia arriba de forma interrogativa.
–¡Cierto! –exclama el señor Burillo. –Con esa pose, parece un San Pancracio. Sólo le falta el perejil y una moneda de “dos reales” en el dedito, señora mosca, común ¿no?

–No, no soy común, soy “cojonera”.

–¿Cómo ha dicho?

–Que soy Cojonera, Bosca, Bosca Cojonera.
–¡Ah! Muy propio, muy propio. Pero… Dígame, ¿sólo por el reclinatorio, me ha conocido?

–También por el ambientador que usa. Perfume de mimosas. ¿Be equivoco?

–Muy perspicaz, señora mosca cojonera.

–¡Boscón! Sino le importa.

–Perdóneme usted, desconocía completamente que en su especie se diera el lesbianismo. O mosquiosismo, ó como ustedes lo llamen.

–No tiene nada que ver con lo que supone –contestó airadamente la mosca. –Sólo es cuestión de Género y no de Sexo.

–¡Bueno!… Sea como dice, don Maricón Conejero. ¡Perdón, perdón! Moscón, es lo que he querido decir, Moscón Cojonero.
Moscón, sí Moscón, sí, sí. Siempre he creído que sólo había moscas.
Pero a todo esto, ¿qué le trae por aquí? Mi querido Moscón.

–Esa es una muy buena pregunta y be alegro que be la haga. Aunque ha tardado bucho y casi se be ha olvidado la respuesta.

–Relájese y póngase cómodo. Puede posarse en cualquiera de los dos sillas que tiene a su lado. Incluso si lo desea, puede brincar de una a otra. –El moscón toma asiento, tras picotear unas migas de patatas fritas, que había en el asiento. –¿Moscón Cojonero es nombre propio o genérico? ¿Poseen las moscas nombres propios?

–¡Pues claro! Cobo todos los bichos del Bundo.

–Y… ¿Cuál es el suyo? Si tiene a bien decírmelo.

–Incitatus.

–¡Hombre! Como el caballo de Caligula. No es un nombre muy común y hasta suena bien: In ci ta tus.

–Ese es el que be apetece usar hoy, pero tengo otros.

–¿Bipolaridad?

–Ni bucho benos. Cuatripolar y bi siquiatra tebe que también esté poseído por algún tipo de debonio. Todos los días que tengo consulta, be saca algo nuevo.

–La pasta, es la pasta. Ley de Vida, cobrar y así poder comprar… Pagar… ya se vera.
Pues usted me contará, don Incitatus, que es lo que quiere de mi humilde persona.

–Usted verá… –Biguel se santigua y junta las palmas de las manos, como si fuera a comenzar una oración. –¿Se encuentra bien? –Burillo le hace señas con la mano para que continúe con su exposición. –He venido hasta usted a solicitarle que escriba un auto para el Carnaval. Auto, que no libitará de ningún bodo su creatividad, ya que aunque se trate de una obra de un solo acto, el acto lo puede hacer lo largo que quiera. La duración, como los entresijos es cosa de usted.

–No sé Señor, si Tú me das la clarividencia, –dice, Burillo con profundidad y los ojos mirando al techo de la habitación  –pero lo sabía. Sabía que no venía a traerme ningún regalo. ¡A pedir!, como todos. Ahora un auto y seguro que antes de irse, unas entradas para el próximo espectáculo del “Lope”. Lo estoy viendo.

–¿Es consciente que esta hablando en alto y be estoy enterando de sus pensabientos bás profundos?

–Discúlpeme. Creí que estaba hablándome a mi mismo. Interiormente…

–Eso le ocurre a causa de la Soledad. La Soledad del Autor quiero decir. Un autor para acobeter una Obra ha de estar completabente solo, de tal banera que, cobo de un vicio se tratase, suele abstraerse en los bobentos bás inesperados y creerse que está solo con el bisbo, aún en un banquete de bodas y expresar inconsciente y audiblebente por todos, lo “loro” que le parece la novia.
 No se preocupe lo entiendo. Adebás es cierto que le pensaba solicitar al término de nuestra charla, unas entradas para el próximo espectáculo de Nardoa Jugar, “Acompáñabe a Cantar”. Espectáculo, según he oído, creó para las personas budas y es la parte central de una trilogía, que terbinará con una función, en la que se hará acompañar del Teatro Negro de Praga, bajo el título de “Sombras Chinescas para invidentes”.

–Muy puesto en la prograbación de este centenario teatro, el bás importante de la Autonobia y el bejor dirigido, desde que bi benda es el “Basca” –hace una pausa, con la sorpresa dibujada en su rostro. –¿Se esta dando cuenta, señor boscón. Estoy hablando el idioba de los boscones, soy un bostruo. Lo he aprendido en los dos binutos que llevabos hablando.

– ¿De que idioba be esta hablando?

–Del suyo. ¿No escucha cobo cambio la eme por la be?

–Que idioba, ni puñetas. Hablo de esta forba a causa de constipado que he cogido esperando, en uno de los bancos de San Francisco, a que usted llegara. Que de puntualidad poca. Y no es una costumbre nueva, que ya tiene un enclave, enclave de enclavar, y con muchos años.

–Me hablaba usted, señor Caligula Cojonero…

–Caligula no, Incitatus.

–Me hablaba usted, insisto, de un auto carnavalero. Que yo escribiera un auto para el Carnaval de Badajoz, con duración sin determinar, y… ¿Qué personajes pongo, a los típicos? Polichinela, Arlequín, Médico de la Peste, Mattacino…

–¡No! No y no. Los personajes serán autóctonos…

–¿De Aquí? Este Carnaval es demasiado joven para tener personajes propios, habrá que inventárselos… Al menos que me esté hablando de gente que poco tiene que ver con el Carnaval. como del Fulli, El Medio Metro, La Broncaza, El Marbella o más actuales: El Brillantina…

–¡Que no!

–Pues usted me dirá, señor Conejero. ¡Cojonero! ¿Los Hermanos Calatrava, El Desván del Duende…? Todos los pregoneros…

–Si lo desea, a esos también, junto a El Lati, El Pobla, El Guille, El Placi de Santa Marina, La Tony, San Pancracio, El Dobingo, El Chupi, El Felipe el del bar, El Cerillo, El Celdrán, Butanito… y cobo no, aquél que lo cobenzó todo, el que todo lo cobienza, el que estaba antes de “El Reclinatorio”…

–¡Noooooo! –Gritó Burillo, mientas se apretaba el pecho con sus manos – El Innombrable ¡Noooo!

–Bueno, bueno. No se ponga así, que parece usted el endeboniado.
Dejarebos ese detalle para bás adelante. –Burillo, se santigua repetidas veces.

–¿Por qué no aprovecha y se reza un Credo? Eso, dicen, que calba bucho. Si no piensas en lo lago que es.

–Yo me encomiendo a San Oliverio Bendito, por aquello de: “A quien buen árbol se arrima…”

–También hay días que no sirven para nada, no siempre hace sol.

–Volviendo a lo que le ha traído a este humilde confesionario. Veo, que ciertamente, tenemos personajes suficientes, para una gran superproducción. Lo que no veo es el argumento…

–Simple, bi querido drabaturgo. Será un canto a la “libertat”. ¡Perdón! he querido decir: libertad. Todo comenzará en aquél quiosco de los Bartínez de San Francisco, aquél año de 1981, en el que estuvibos a punto de retroceder a los “tiempos grises”. Año en el que se recuperó el Carnaval, sin bucho éxito dado a que bucha gente se fue a Portugal.
La verdad, aún no comprendo a que vino aquel urgente deseo de ir al país vecino.
Todo esto comenzará a aparecer tras una presentación cobo es lógico, que como también es lógico estará a cargo de Ebilio González, que con su órgano* amenizará sus palabras.

–Acongojante. –dijo sin fuerzas en la voz Biguel, mientras se deslizaba tras el reclinatorio.

–¡Exactamente! ¡Acojonante! Veo que lo está captando divinabente.
Parte del texto podíabos hacerlo en verso. Tarea que le puedo encargar a Bartolobe Collado. Cobo consultor histórico contrataré a Pedro Bontero Bontero, cuestiones búsicales, caretas y abanicos a PPVela y Dado Guareño, decorados exteriores Álvaro Beléndez “El Fachadas”.
La cuestión de las “perras” ya se la encargué a Juanba Garboso, que hablará con Canal Ozú TV para venderle la exclusiva de la retransbisión en directo, ya que con la televisión de Aquí es imposible. Su presidente, el señor Sosa, sosa no de falta de sal sino bás bien de sosa cáustica, dice que esto de los autos y los carnavales no son cosas de interés social, y que con esto de la “Pertinaz Crisis” no hay ni para darle un café a los colaboradores de las tertulias. Comprendo la razón por la que Gordillo, en ciertas ocasiones, tiene cara de sueño. 
Del bisbo bodo, se negociara con Tele Brinco, para lo cual y aunque nada tengan que ver con esta historia, meteremos un número con las “Baba Chicho”, acompañadas de buchos travestís.

–¡Dios mío! Cómo va a salir bien una cosa semejante, si estas líneas carecen de Dramaturgia.
Y un Auto… ¡Es algo muy serio!

–A esto y al Auto, la Dramaturgia se la pondrá un servidor, como ya hice con otros.
Este “Auto Magno”, que así será denominado con justicia, y será la marca que los dramaturgos de todo el Orbe querrán alcanzar, tendrá toda la Dramaturgia que haga falta. ¡Más! que toda la Obra de Shakespeare, si así fuere necesario.

Don Biguel Burillo, con el mentón apoyado en el reposa brazos del reclinatorio, pregunta tímidamente, mientras levanta el dedo índice:
–¿Le doy ya las entradas para lo de Nardoa Jugar? Puedo proporcionarle para toda la familia y para algunos amigos…

–En el escenario irán plasmándose los grandes hitos del Carnaval y sus lugares:
Los Chinatos, San Paco, el Paseo Fluvial, la Avenida de Santa Marina, San Roque…
Aquellos gángsteres, Ad Libitum, Manolo no te vayas, ¡Badajó, Badajó, Badajó!, El Marimanta de Pili, las sardinas…
¡El pueblo en la calle!

–Por los desahucios.

–¡Que leches! ¡El pueblo toma las calles! Capitaneado por aquél que lo comenzó todo, por el que todo lo comienza…

–¡Nooooooooggggg!

–De acuerdo, lo dejaré para el final.
Hierve el Pueblo, en la apoteosis final. La escena se abarrota de miles, ¡cientos de miles! de personas disfrazadas. Cantan, como si de un orfeón donostiarra se tratara. ¡Mejor aún! Como una exquisita coral, una versión sinfónica del “Badajó, Badajó, Badajó”.
Al mismo tiempo, por la parte de arriba del escenario, casi pegados al techo aparecerán, unos doscientos, más o menos, alienígenas disfrazados de Drácula, momia, pirata, etcétera, que volarán desde el fondo de la escena al otro lado de la sala.
Esto es una alegoría a los carnavales futuros y su difusión en toda la galaxia.
¡Hasta el infinito y más allá de la FITUR!

–Se le ha pasado el constipado. Será a causa del ardor que ha puesto en sus palabras.
¿Le proporciono ya las entradas?

–¡Démelas! –Burillo busca en el cajón de la mesa y extrae varios fajos de localidades. –Y ahora: dígame, que la ha parecido la idea. –Biguel, extiende las entradas hacia el Moscón Cojonero y amaga un intento de contestar a la pregunta pero… –¡No conteste aún! Antes ha de saber el genio que ha tenido esta genial idea.

–No, por favor. Tome las entradas y lárguese, le escribiré el Auto ó un camión ó ¡un barco! Lo que usted quiera, pero no me diga quién es el “genial genio”, porque mucho me temo que es “El Innombrable”.

–¡Sí! Para ti alma de cántaro es “El Innombrable”, pero para la Humanidad es… –suena una música tipo “tatachín”,  Biguel Burillo tira los tacos de localidades y desaparece tras la mesa –¡Jofaina el Tetricus! Que soy yo –Suena una fanfarria para un final y el moscón cojonero se despoja de la cabeza y bajo ella aparece la de Villafaina “El Hawaiano”.

–¡Corten! Esto no lo quiere ni Tele Brinco, ni siquiera para el programa “Ahógame”
        
Nota del que se encontró estas páginas perdidas, tal vez abandonadas, por un autor que abomino de ellas en el puente de Urdangarin (Si no hay separación de bienes, lo que es de la mujer también lo es del marido y… ¿viceversa?)

Ciertamente ni Tele Brinco ni ningún organismo de la Región, se interesó por esta cuestión. Fue comprada por la Lleneralitat de Catalunlla, que la tradujo al Catalán, cambiar nombres y localizaciones, se representa todos los años en El Liceu de Barselona, como una Obre Maestre de la Llingüa de Terenci Moix.

El asterisco *, también es cosa mía. El desconocido autor se equivoca al decir que, Ebilio González ameniza sus palabras con su órgano, ya que este señor con lo que se ameniza es con su acordeón.

¿Estará claro que lo que va en cursiva es porque lo que es M esta B? Ejemplo: Bundo por Mundo.

Y para terminar, no puedo decir aquello de: “Todo parecido con la realidad…”, pues no sé si esto es invento del desconocido autor, o es… Lo mismo da, siempre se puede decir aquello de: “El que se pica…”
Fenestín tampoco lo recojerá en su bibliografía.

DE LOS TIEMPOS DE LA REGENTA A LOS DEL VICTORIA


En este vídeo, primera entrega de tres, se ofrecen imágenes de aquellos recitales en "La Regenta". Protagonistas, público, incondicionales, amigos desfilan ante nuestros ojos para avivarnos el recuerdo.
15 minutos de amistad, en los que seguro tú te encuentras.

Y una cuestión más, si tienes alguna fotografía de aquella gira para la UPEX, "La Regenta", "Badajoz mira al Guadiana", primer recital en el Museo "Luis de Morales", ferias del Libro, "Victoria ó cualquier otro lugar relacionado con este tema y quiera que salga en próximas entregas, me lo puedes mandar.

domingo, 3 de febrero de 2013

ESTE PAÍS CADA VEZ SE PARECE MÁS A UNA CHARCUTERÍA







¿Recuerda? Ayer, cuando se podía pagar con alegría y cierta manga ancha cualquier producto de alimentación. Estos tenían un vida corta, según la fecha de caducidad que se mostraba en sus envases. ¡Que no se le ocurriera a nadie consumirlos, más allá de aquél límite! Y si lo hacías podía ocurrirte de casi todo, malo por supuesto y bajo tu responsabilidad. Así que para evitarlo, todo lo que guardabas en el refrigerador con más de dos horas de la fecha de seguridad, iba directo y sin más contemplaciones que una última mirada a la fecha de caducidad, al cubo de la basura. Más tarde comprarías otro.

Conozco a personas, que esto de la “fecha de caducidad” es como un mandato divino: “No comerás nada que esté caducado”. Hasta el jamón, el queso… Cosas que antes duraban ¡años!, toda la vida como aquél que dice, llevaban una fecha de caducidad increíblemente cercana, lo que nos obligaba a preguntarnos: ¿Cómo nuestros padres, pudieron vivir tantos años, consumiendo alimentos con más de tres meses desde su elaboración? Productos como la cecina, bacalao en sal, arenques…
Hoy la cosa no va igual, por la razón que ya es habitual y recurrente: “La Crisis”, ya se sabe… No hay tanta alegría, al igual que dinero y esto implica que donde más caducan los productos, es en las estanterías de los supermercados.
Solución, para evitar tanto quebranto a fabricantes y vendedores, se decreta que las alimentos caduquen con mucho más tiempo: Tú yogurt, caducarás treinta días después. Han dejado de existir las gastroenteritis y la Legionela.

De esta guisa, lo que no se vende en dos días, se puede vender en seis meses. ¡Hay que joderse! ¿Cuándo hemos sido víctimas del engaño, antes ó ahora? Siempre, diría yo.
¿Hablamos un rato de las hamburguesas y todo lo que viene manipulado por los grandes mataderos? No sé a la hora que está leyendo estas líneas, pero sea la que sea puede causarnos una marejada en el estómago.
Nos han tomado por gilipollas, quizás lo seamos. Para ellos no somos más que consumidores, votantes de cuatro en cuatro años, soldados, vigilantes, guardianes de lo que es de “Ellos”.
Pero esta es una vieja historia, sobre la que ya se ha vertido mucha literatura. Literatura marginal, de esa que se expone en un aparte bien definido y lejos de los temas sociales, junto a otras rarezas que hablan de OVNIS, telepatía, esoterismo y sociedades secretas raras. Cosas en las que ya nadie cree, y si cree se siente un bicho raro.
¿Conspiración? ¿Juegos de ricos con poder?
No lo sé y no sé si me apetece saberlo. Quizás esto que me ocurre a mí, le pase a todo el mundo, nadie quiere complicarse más la vida de lo que ya se la están complicando.
Están desmontando la Clase Media y parte de los que la componen, quieren salir a toda costa de ella. Desean con ansia estar lo más cerca posible del estatus de “Ellos”. Puede ser esta la razón por la que cada día salgan nuevos “chorizos”, logrando que esta Nación se parezca cada día más a una gran charcutería.
Este siempre ha sido y, parece ser que siempre lo será, un país de guitarra y pandereta.
Igual nos da ocho que ochenta, tal como solía decir mi bisabuela, como que a una cantidad considerable de granujas de tomo y lomo, con delitos de estafa, apropiación indebida, robo, desfalcos… , sin dejar de tener en cuenta a los que difaman y denuncian en falso, los indulten, como que una chica tenga que entrar dos años y pico en prisión,  porque robó, a través de una tarjeta de crédito que se encontró, ciento y pico de euros con el fin de darle de comer a sus hijos.

Y no estoy diciendo que esta chica no deba ir a la cárcel, si cometió un delito y esa pena es la que recoge la Ley, ha de ser cumplida. Lo que estoy diciendo es que si esta muchacha tiene que perder su libertad, los otros con mucha más razón, se apelliden Urdangarin, Borbón, Bárcenas, Blanco o  Puyol. No sólo por los delitos cometidos, sino por el quebranto que se le inflinge a la Nación a la vista de los países extranjeros, así como por el pésimo ejemplo que dan a sus conciudadanos . Razones estas que la Justicia tendría que tener en cuenta como agravantes.
No es bueno que la gente se plantee la mala actuación de la Justicia, en el caso de esa joven madre, que usó indebidamente la tarjeta de crédito, por comparación con delitos en los que se manejan cantidades muy superiores a ciento cincuenta euros. Delito es uno y delito es el otros, las penas…
Por preguntar algo: ¿Alguien se ha pensado en el daño que causó la extracción de su cuenta de los ciento cincuenta euros, al dueño de la tarjeta? A lo mejor, quiero decir a lo peor, era el dinero que tenía para comer él y su familia ese mes.
Cada delito con su pena, se trate de quien se trate, por muy cubierta que tenga la cabeza.
Y hasta que esto no sea así, nuestro pobre País no será mucho más que Sierra Morena antiguamente, en la que sólo habitaban los célebres bandoleros.
Lo escribo una vez más: Nadie ha hecho más por desprestigiar a los políticos que ellos mismos.
Está claro, estos sistemas de Reino sucesorio y Democracia cuatrienal, no funcionan, demasiados pastores a comer el caldero de migas. Tendremos que plantearnos nuevas fórmulas, como una Democracia diaria en la que verdaderamente sea el Pueblo quien ordena, tal como decía aquella canción de José Afonso: