sábado, 9 de febrero de 2013

EL MISTERIO DE LA "H" PERDIDA Y ARTICULO DE CARNAVAL


El Misterio de la H perdida.

En estos días, en lo que todo es tecnología, no podemos hablar de “ratas” ni “erratas” de imprenta, más cuando hasta tienes un corrector en el procesador de textos por muy cutre que sea, ó a la postre siembre hubo un corrector humano, antes de mandar a imprimir, no obstante ocurre que la puñetera errata se escapa.
Pero si esto es extraño y desconcertante, observe el siguiente ejemplo en que la errata surge tras la corrección.
Adjunto mi artículo para la revista de carnaval de este año y su edición. ¿Dónde fue a parar la “H”? ¿Tal vez a otra “A” que no la necesitaba? Descubre el misterio.








ANOTACIONES PARA UN PROYECTO DE “AUTO MAGNO” PARA EL CARNAVAL DE BADAJOZ.
Bastante esperpéntico y no menos estrambótico.
Según unos A4 encontrados y perdidos en un puente por un autor desconocido

Por Juan Antonio Méndez del Soto
Que fue quien encontró los papeles

A mi buen amigo  Biguel Burillo

–¡Bien! ¿Todo y todos listos?
Motor… Cámara…
¡Acción!
(Claqueta)
–¡Toma uno! ¡Escena primera!
Interior día.
¡Clak!

–Don Biguel Burillo, supongo.
Una melodía de intriga extraterrestre lo inunda todo. La mosca, tamaño humano con unos centímetros más, mira hacia todos los lados, intentando vanamente, localizar la procedencia de la extraña música, que ha logrado ponerle el pelo de punta.
–¿Ha oído eso, don Biguel?

–He oído ¿el qué?

–La extraña búsica, que acaba de sonar.

–¿Búsica? ¿Qué diantre es eso de búsica? ¡No me responda!

–¿Lo hago después de la publicidad?

–¡No! Lo que deseo, es que antes de adentrarnos en los terrenos pantanosos de lo exotérico, etéreo, místico, irreal, me responda a una pregunta: ¿Por qué supone con tanta seguridad, que soy el que usted cree?

–Con bucho gusto.
Es evidente que puede ser, con toda seguridad usted, la persona que yo supongo. La razón es simple, todo el bundo se sienta, tras la besa de su despacho, en un buen sillón giratorio y usted, se encuentra arrodillado en un reclinatorio.

–¿Reclinatorio? –Burillo mira el reclinatorio, lo palpa, acaricia y lo besa, –Mi reclinatorio bonito, mi reclina. Creí que me lo habían robado, anoche cuando dormía… –repentinamente deja de acariciar el reclinatorio y mirando de reojo a un lado y a otro con desconfianza, continua hablando. –Existe un gran número de personas siniestras, que quieren despojarme de todo lo que me pertenece, incluidas mis creaciones. El peor de todos, anduvo por aquí esta mañana, que lo sé, mientras fui a hacer pipí… y a esconderme de paso, la verdad sea dicha. No voy a negar que le temo. Jofaina el Tetricus, ¿lo conoce usted?
Nuevamente suena la música de intriga alienígena. La mosca, con su dedo índice apuntando al techo, mira a Biguel Burillo y mueve levemente la cabeza hacia arriba de forma interrogativa.
–¡Cierto! –exclama el señor Burillo. –Con esa pose, parece un San Pancracio. Sólo le falta el perejil y una moneda de “dos reales” en el dedito, señora mosca, común ¿no?

–No, no soy común, soy “cojonera”.

–¿Cómo ha dicho?

–Que soy Cojonera, Bosca, Bosca Cojonera.
–¡Ah! Muy propio, muy propio. Pero… Dígame, ¿sólo por el reclinatorio, me ha conocido?

–También por el ambientador que usa. Perfume de mimosas. ¿Be equivoco?

–Muy perspicaz, señora mosca cojonera.

–¡Boscón! Sino le importa.

–Perdóneme usted, desconocía completamente que en su especie se diera el lesbianismo. O mosquiosismo, ó como ustedes lo llamen.

–No tiene nada que ver con lo que supone –contestó airadamente la mosca. –Sólo es cuestión de Género y no de Sexo.

–¡Bueno!… Sea como dice, don Maricón Conejero. ¡Perdón, perdón! Moscón, es lo que he querido decir, Moscón Cojonero.
Moscón, sí Moscón, sí, sí. Siempre he creído que sólo había moscas.
Pero a todo esto, ¿qué le trae por aquí? Mi querido Moscón.

–Esa es una muy buena pregunta y be alegro que be la haga. Aunque ha tardado bucho y casi se be ha olvidado la respuesta.

–Relájese y póngase cómodo. Puede posarse en cualquiera de los dos sillas que tiene a su lado. Incluso si lo desea, puede brincar de una a otra. –El moscón toma asiento, tras picotear unas migas de patatas fritas, que había en el asiento. –¿Moscón Cojonero es nombre propio o genérico? ¿Poseen las moscas nombres propios?

–¡Pues claro! Cobo todos los bichos del Bundo.

–Y… ¿Cuál es el suyo? Si tiene a bien decírmelo.

–Incitatus.

–¡Hombre! Como el caballo de Caligula. No es un nombre muy común y hasta suena bien: In ci ta tus.

–Ese es el que be apetece usar hoy, pero tengo otros.

–¿Bipolaridad?

–Ni bucho benos. Cuatripolar y bi siquiatra tebe que también esté poseído por algún tipo de debonio. Todos los días que tengo consulta, be saca algo nuevo.

–La pasta, es la pasta. Ley de Vida, cobrar y así poder comprar… Pagar… ya se vera.
Pues usted me contará, don Incitatus, que es lo que quiere de mi humilde persona.

–Usted verá… –Biguel se santigua y junta las palmas de las manos, como si fuera a comenzar una oración. –¿Se encuentra bien? –Burillo le hace señas con la mano para que continúe con su exposición. –He venido hasta usted a solicitarle que escriba un auto para el Carnaval. Auto, que no libitará de ningún bodo su creatividad, ya que aunque se trate de una obra de un solo acto, el acto lo puede hacer lo largo que quiera. La duración, como los entresijos es cosa de usted.

–No sé Señor, si Tú me das la clarividencia, –dice, Burillo con profundidad y los ojos mirando al techo de la habitación  –pero lo sabía. Sabía que no venía a traerme ningún regalo. ¡A pedir!, como todos. Ahora un auto y seguro que antes de irse, unas entradas para el próximo espectáculo del “Lope”. Lo estoy viendo.

–¿Es consciente que esta hablando en alto y be estoy enterando de sus pensabientos bás profundos?

–Discúlpeme. Creí que estaba hablándome a mi mismo. Interiormente…

–Eso le ocurre a causa de la Soledad. La Soledad del Autor quiero decir. Un autor para acobeter una Obra ha de estar completabente solo, de tal banera que, cobo de un vicio se tratase, suele abstraerse en los bobentos bás inesperados y creerse que está solo con el bisbo, aún en un banquete de bodas y expresar inconsciente y audiblebente por todos, lo “loro” que le parece la novia.
 No se preocupe lo entiendo. Adebás es cierto que le pensaba solicitar al término de nuestra charla, unas entradas para el próximo espectáculo de Nardoa Jugar, “Acompáñabe a Cantar”. Espectáculo, según he oído, creó para las personas budas y es la parte central de una trilogía, que terbinará con una función, en la que se hará acompañar del Teatro Negro de Praga, bajo el título de “Sombras Chinescas para invidentes”.

–Muy puesto en la prograbación de este centenario teatro, el bás importante de la Autonobia y el bejor dirigido, desde que bi benda es el “Basca” –hace una pausa, con la sorpresa dibujada en su rostro. –¿Se esta dando cuenta, señor boscón. Estoy hablando el idioba de los boscones, soy un bostruo. Lo he aprendido en los dos binutos que llevabos hablando.

– ¿De que idioba be esta hablando?

–Del suyo. ¿No escucha cobo cambio la eme por la be?

–Que idioba, ni puñetas. Hablo de esta forba a causa de constipado que he cogido esperando, en uno de los bancos de San Francisco, a que usted llegara. Que de puntualidad poca. Y no es una costumbre nueva, que ya tiene un enclave, enclave de enclavar, y con muchos años.

–Me hablaba usted, señor Caligula Cojonero…

–Caligula no, Incitatus.

–Me hablaba usted, insisto, de un auto carnavalero. Que yo escribiera un auto para el Carnaval de Badajoz, con duración sin determinar, y… ¿Qué personajes pongo, a los típicos? Polichinela, Arlequín, Médico de la Peste, Mattacino…

–¡No! No y no. Los personajes serán autóctonos…

–¿De Aquí? Este Carnaval es demasiado joven para tener personajes propios, habrá que inventárselos… Al menos que me esté hablando de gente que poco tiene que ver con el Carnaval. como del Fulli, El Medio Metro, La Broncaza, El Marbella o más actuales: El Brillantina…

–¡Que no!

–Pues usted me dirá, señor Conejero. ¡Cojonero! ¿Los Hermanos Calatrava, El Desván del Duende…? Todos los pregoneros…

–Si lo desea, a esos también, junto a El Lati, El Pobla, El Guille, El Placi de Santa Marina, La Tony, San Pancracio, El Dobingo, El Chupi, El Felipe el del bar, El Cerillo, El Celdrán, Butanito… y cobo no, aquél que lo cobenzó todo, el que todo lo cobienza, el que estaba antes de “El Reclinatorio”…

–¡Noooooo! –Gritó Burillo, mientas se apretaba el pecho con sus manos – El Innombrable ¡Noooo!

–Bueno, bueno. No se ponga así, que parece usted el endeboniado.
Dejarebos ese detalle para bás adelante. –Burillo, se santigua repetidas veces.

–¿Por qué no aprovecha y se reza un Credo? Eso, dicen, que calba bucho. Si no piensas en lo lago que es.

–Yo me encomiendo a San Oliverio Bendito, por aquello de: “A quien buen árbol se arrima…”

–También hay días que no sirven para nada, no siempre hace sol.

–Volviendo a lo que le ha traído a este humilde confesionario. Veo, que ciertamente, tenemos personajes suficientes, para una gran superproducción. Lo que no veo es el argumento…

–Simple, bi querido drabaturgo. Será un canto a la “libertat”. ¡Perdón! he querido decir: libertad. Todo comenzará en aquél quiosco de los Bartínez de San Francisco, aquél año de 1981, en el que estuvibos a punto de retroceder a los “tiempos grises”. Año en el que se recuperó el Carnaval, sin bucho éxito dado a que bucha gente se fue a Portugal.
La verdad, aún no comprendo a que vino aquel urgente deseo de ir al país vecino.
Todo esto comenzará a aparecer tras una presentación cobo es lógico, que como también es lógico estará a cargo de Ebilio González, que con su órgano* amenizará sus palabras.

–Acongojante. –dijo sin fuerzas en la voz Biguel, mientras se deslizaba tras el reclinatorio.

–¡Exactamente! ¡Acojonante! Veo que lo está captando divinabente.
Parte del texto podíabos hacerlo en verso. Tarea que le puedo encargar a Bartolobe Collado. Cobo consultor histórico contrataré a Pedro Bontero Bontero, cuestiones búsicales, caretas y abanicos a PPVela y Dado Guareño, decorados exteriores Álvaro Beléndez “El Fachadas”.
La cuestión de las “perras” ya se la encargué a Juanba Garboso, que hablará con Canal Ozú TV para venderle la exclusiva de la retransbisión en directo, ya que con la televisión de Aquí es imposible. Su presidente, el señor Sosa, sosa no de falta de sal sino bás bien de sosa cáustica, dice que esto de los autos y los carnavales no son cosas de interés social, y que con esto de la “Pertinaz Crisis” no hay ni para darle un café a los colaboradores de las tertulias. Comprendo la razón por la que Gordillo, en ciertas ocasiones, tiene cara de sueño. 
Del bisbo bodo, se negociara con Tele Brinco, para lo cual y aunque nada tengan que ver con esta historia, meteremos un número con las “Baba Chicho”, acompañadas de buchos travestís.

–¡Dios mío! Cómo va a salir bien una cosa semejante, si estas líneas carecen de Dramaturgia.
Y un Auto… ¡Es algo muy serio!

–A esto y al Auto, la Dramaturgia se la pondrá un servidor, como ya hice con otros.
Este “Auto Magno”, que así será denominado con justicia, y será la marca que los dramaturgos de todo el Orbe querrán alcanzar, tendrá toda la Dramaturgia que haga falta. ¡Más! que toda la Obra de Shakespeare, si así fuere necesario.

Don Biguel Burillo, con el mentón apoyado en el reposa brazos del reclinatorio, pregunta tímidamente, mientras levanta el dedo índice:
–¿Le doy ya las entradas para lo de Nardoa Jugar? Puedo proporcionarle para toda la familia y para algunos amigos…

–En el escenario irán plasmándose los grandes hitos del Carnaval y sus lugares:
Los Chinatos, San Paco, el Paseo Fluvial, la Avenida de Santa Marina, San Roque…
Aquellos gángsteres, Ad Libitum, Manolo no te vayas, ¡Badajó, Badajó, Badajó!, El Marimanta de Pili, las sardinas…
¡El pueblo en la calle!

–Por los desahucios.

–¡Que leches! ¡El pueblo toma las calles! Capitaneado por aquél que lo comenzó todo, por el que todo lo comienza…

–¡Nooooooooggggg!

–De acuerdo, lo dejaré para el final.
Hierve el Pueblo, en la apoteosis final. La escena se abarrota de miles, ¡cientos de miles! de personas disfrazadas. Cantan, como si de un orfeón donostiarra se tratara. ¡Mejor aún! Como una exquisita coral, una versión sinfónica del “Badajó, Badajó, Badajó”.
Al mismo tiempo, por la parte de arriba del escenario, casi pegados al techo aparecerán, unos doscientos, más o menos, alienígenas disfrazados de Drácula, momia, pirata, etcétera, que volarán desde el fondo de la escena al otro lado de la sala.
Esto es una alegoría a los carnavales futuros y su difusión en toda la galaxia.
¡Hasta el infinito y más allá de la FITUR!

–Se le ha pasado el constipado. Será a causa del ardor que ha puesto en sus palabras.
¿Le proporciono ya las entradas?

–¡Démelas! –Burillo busca en el cajón de la mesa y extrae varios fajos de localidades. –Y ahora: dígame, que la ha parecido la idea. –Biguel, extiende las entradas hacia el Moscón Cojonero y amaga un intento de contestar a la pregunta pero… –¡No conteste aún! Antes ha de saber el genio que ha tenido esta genial idea.

–No, por favor. Tome las entradas y lárguese, le escribiré el Auto ó un camión ó ¡un barco! Lo que usted quiera, pero no me diga quién es el “genial genio”, porque mucho me temo que es “El Innombrable”.

–¡Sí! Para ti alma de cántaro es “El Innombrable”, pero para la Humanidad es… –suena una música tipo “tatachín”,  Biguel Burillo tira los tacos de localidades y desaparece tras la mesa –¡Jofaina el Tetricus! Que soy yo –Suena una fanfarria para un final y el moscón cojonero se despoja de la cabeza y bajo ella aparece la de Villafaina “El Hawaiano”.

–¡Corten! Esto no lo quiere ni Tele Brinco, ni siquiera para el programa “Ahógame”
        
Nota del que se encontró estas páginas perdidas, tal vez abandonadas, por un autor que abomino de ellas en el puente de Urdangarin (Si no hay separación de bienes, lo que es de la mujer también lo es del marido y… ¿viceversa?)

Ciertamente ni Tele Brinco ni ningún organismo de la Región, se interesó por esta cuestión. Fue comprada por la Lleneralitat de Catalunlla, que la tradujo al Catalán, cambiar nombres y localizaciones, se representa todos los años en El Liceu de Barselona, como una Obre Maestre de la Llingüa de Terenci Moix.

El asterisco *, también es cosa mía. El desconocido autor se equivoca al decir que, Ebilio González ameniza sus palabras con su órgano, ya que este señor con lo que se ameniza es con su acordeón.

¿Estará claro que lo que va en cursiva es porque lo que es M esta B? Ejemplo: Bundo por Mundo.

Y para terminar, no puedo decir aquello de: “Todo parecido con la realidad…”, pues no sé si esto es invento del desconocido autor, o es… Lo mismo da, siempre se puede decir aquello de: “El que se pica…”
Fenestín tampoco lo recojerá en su bibliografía.

2 comentarios:

  1. Me ha recordado una H de oy que se perdió en el ayer de la imprenta donde editaron mi primer poemario y nadie quiso buscarla.
    M.V.

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  2. Desbordante la originalidad de JuAntón en esta última entrega para la Revista de Carnaval y, aunque no es habitual en nuestro autor, dejar sin nombrar al "innombrable", pues a todos conocemos aunque nos cambie alguna letra, entendemos el juego como una gran metáfora de la toponimia en los autores y cantautores como Nando Juglar, comprometido con sordos y ciegos para llevarles su espectáculo al Lope de Vega. Y JuAntón, como esa "mosca cojonera" que nos hace pensar y remover en nuestras conciencias, tanto egocentrismo y vanalidad que existe en el mundo de la cultura, ya no sólo aquí, también pasando el túnel de Miravete. Titiriteros subvencionados en todos sitios hay y habrá, a pesar de los recortes y cortes de mangas. Enhorabuena a Juan Antonio Méndez por regalarlos esta crónica cicatera y certera de la actualidad carnavalesca, culturalmente hablando y clarito como el agua. Fuerte abrazo JuAntón, sigue "astillando" hasta el límite, tu prosa y tu poesía tan naturalmente bebible cual zumo de naranja.

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