lunes, 17 de octubre de 2016

MAmÁ, EU NO QUIERO UNA CHUPETA; EU QUIERO UN NOBEL

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Tengo la mala  o buena costumbre, esto es siempre según el gusto de cada uno, y hay gustos para todos se lo aseguro, de no hablar de lo que todo el mundo habla en ese momento.
¿Para qué? ¿Para repetir lo que cientos dicen?¿Por ser uno más? No. Aunque lo digas con otras palabras, con otro aire, siempre será lo mismo. Y tus palabras, las tirarás a la papelera del “Oído Sordo”, que con una insultante prepotencia, se coloca un tapón de cera, cuando lo que necesita es un “sonotone”.
Por eso no quiero perder el tiempo, hablado del “mal nuestro de estos días”, los políticos, de la cara dura que se gastan, sus “cachondeos” políticos, tampoco  de sus jodiuras, ni de sus libros por mucho Revilla que se llame y posea muchos chorizos. Perdón, anchoas en salazón.
 Uno se cansa de todo, cuando todo es el todo. Aquí poco sabemos de “medias tintas”.
Me gustaría hablar de cuestione más relajantes, de libros, como por ejemplo el que estoy releyendo por segunda vez, con la intención de ofrecerle mi modesta opinión, sobre  él.
El libro en cuestión, es uno, el último editado por mi amigo Antonio Romero Grano de Oro. Oro como aquel rey Midas, pero Antonio con mejor suerte, pues lo que se convierte en oro, no es todo lo que toca, sino solamente, todo lo que escribe.
Ejemplo este al que me estoy refiriendo, “PASIÓN EN EL TIBET”.
 Acaba de interrumpirme un flash de noticias en la pantalla, que por desgracia, atrae mi atención. Es del diario “El País” y dice que la Academia Sueca, pasa de darle a Bob Dylan, la noticia oficial de que le han dado el Premio Nobel. Que andan buscándolo desde hace tres días y que el “tío” no aparece.
Lo primero que se me viene a la mente es, que se habrá escondido asustado, creyendo que la noticia de su Nobel, es una alucinación del pasado, de cuando una tarde tras una mala digestión, pensó que ganaba el Nobel de Literatura por su libro “Tarántula”, escrito durante 1965 y 1966, con el que se creyó ser un miembro más de aquella generación “Beat”, imitando los estilos de Kerouac, Ginsberg o Burroughs, sin conseguirlo.
“Tarántula” se vendió muy poco, en términos generales nada, para Dylan un gran fracaso.
Así y todo le han dado el Premio Nobel de Literatura, según la Academia por crear un nuevo estilo poético. ¿Saben los eruditos suecos, de la existencia de la Metáfora o que hubo una vez, poetas que le dieron al mundo de la literatura norte americana, una nueva forma de escribir poemas, que se llamaron “Beat” y otros los llamaron Beaniks y que Bob quiso ser uno de ellos?
Bob Dylan, uno de los grandes cantautores, no seré quién lo ponga en duda, con un montón de premios y reconocimientos, no se merece el Nobel de LITERATURA. Si por alguna oscura razón, que desconocemos, había que darle el galardón a un cantante compositor, bien podían haberse acordado de algunos otros, Leonar Coen, por ejemplo.
Más cercanos, Luis Eduardo Aute.
Con estilos más distendidos, Pablo Carbonell, Leonardo Dantés.
Y si la cuestión era, que no conocían a ningún literato, pues podían haberme preguntado a mi, les daría una lista con nombres como los de Arturo Pérez Reverte, Juan Eslava Galán, José Manuel de Prada…
¡Puñetas! Estos sabios suecos me han entretenido demasiado. En otra ocasión regresaremos a la novela de mi amigo Antonio, “Pasión en el Tíbet”.
No, no señor, no me he equivocado. Pablo Carbonell es autor de temas como, “Ay que gustito pa mis orejas”.
Don Leonardo Dantés e Io




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