Llega un tiempo, un momento en el que te das cuenta que tienes muchas cosas, de esas que llamamos "recuerdos", acumuladas de años y años y que nos negamos a deshacernos de ellas, pese a estar al borde del Síndrome de Diogenes, pero ya no caben más, necesitas espacio en los cajones, menos polvo y el trastero lo tienes lleno, tienes que quitártelos de encima como sea o te vas con ellos a la puñetera calle. Tu parienta no tiene dónde colocar la nueva mantelería, que compró en el último viaje.
Y en eso me encuentro, menos mal que para algo tenía que servir, esto de los ordenadores e Internet con todas esas "nubes". Perderé los originales, pero quedará las imagen del recuerdo y ya de paso lo puedo compartir con vosotros.
Así pues, desde ahora iré subiendo o bajando o ambas cosas, que no lo tengo claro, si esto dela RED, es bueno o malo. Cielo o Infierno.
Sea lo que les de la gana a los que gobiernan este medio y mientras una tormenta solar no se cargue el invento, aquí quedaran nuestros recuerdos.
Para ir abriendo boca, un recorte de prensa con un artículo de Soledad López Lago, a la que quiero mandarle un cariñoso saludo.
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