lunes, 16 de julio de 2012

PENSIONISTAS, FUNCIONARIOS ¡CULPABLES!


FUNCIONARIOS ¡CULPABLES!   PENSIONISTAS  ¡CULPABLES!
POLÍTICOS Y BANCA: LA LEY, AMOS, ENCUBRIDORES, EJECUTORES…

Déjame que te haga una pregunta:
¿De que estás hecho?
¿Acaso fuistes modelado con la pasta de la resignación, con la del miedo, con la de la comodidad, con la de la indolencia, con la de la cobardía ó… Una mezcla de todas ellas?
¿Por qué estas callado? ¿Por qué no hablas? ¿Por qué continuas dentro de tu casa o sentado en el taburete del bar? ¿Por qué no estas en la calle, donde puedan verte y oírte? En cualquier lugar, en el que pueda quedar constancia de que no estás de acuerdo.
Te están quitando lo que tanto tiempo llevó conseguir. Lo que es tuyo, de tu familia, con lo que le das de comer a tus hijos. Y no te oigo.
No se trata de que seas afín a unos u otros, se trata de tí, de tus intereses. De ti, aunque el problema lo compartan más. Dicen, que la caridad comienza por uno mismo.
Has pagado religiosamente y obligatoriamente tu parte para la Seguridad Social. Podías haber contratado, algún que otro seguro médico y un plan de pensiones, en cualquiera de las compañías privadas que existen, pero… Tendrías que continuar viendo como de la nómina te descuentan la “SS” –una parte tú y otra la empresa– Y ves como hoy, esa Seguridad Social, se muestra de lo más insegura. De momento se han congelado las pensiones y te hacen pagar por lo que te recetan. A unos el diez, a otros el cuarenta… Sí, cierto, y un sesenta por ciento, a los que pueden ir al médico a Huston para tratarse de un catarro.
Y ¡gratis! Cierto. Para aquellos que tienen una pensión no contributiva, que no han cotizado jamás. También se benefician de esta exención otros colectivos.
La Seguridad Social española, ejemplo para países más desarrollados como Estados Unidos, Alemania, Rusia…, se creó y mantuvo con las aportaciones de todos los trabajadores, excepto funcionarios y militares, a fin de garantizarles la total atención sanitaria a ellos y sus familiares dependientes. Paralelamente se les garantizaba la jubilación retribuida, según lo cotizado durante su vida laboral. Para lo cual les eran computadas todas las aportaciones. Estas incluían las de un segundo o tercer empleo… –Hubo una época, en la que muchos trabajaban en varias empresas, a lo que se llamó “Pluriempleo”.
Recién llegada la Democracia, fue consensuado por todas las fuerzas políticas y sindicales el llamado “Estatuto de los Trabajadores”, primer manual de recortes “solidarios”. Y con él llegó la norma por la que solamente, a fin de concesión de las pensiones, se tendría en cuenta la cotización de uno de los trabajos. Lo cotizado por los otros ni fue devuelto ni compensado de ninguna forma.
La Seguridad Social sólida, comenzó a resquebrajarse al dar acogida a personas que jamás cotizaron por diferentes causas y al desaparecer “las casas de socorro” y los hospitales de beneficencia, por considerarse vejatorias y discriminatorias para los que se beneficiaban de estos servicios gratuitos.
Hoy, gracias a la “DemosGracia”, esos colectivos que vejatoriamente recibían cumplida y puntual asistencia en aquellos hospitales, mayoritariamente regidos por las diputaciones provinciales, la reciben hoy con la misma gratuidad, pero sin que se les note su “vergonzosa” economía –y en ciertos casos la cara dura–, en los centros de la Seguridad Social por aquello de “lo políticamente correcto”. Ó lo que es lo mismo: “Vamos a tratar a tos estos bien, para que nos voten, al menos durante la campaña electoral”. 
En la actualidad, también tienen derecho a ella, los inmigrantes, los que solamente necesitan estar censados en algún ayuntamiento; otros que jamás cotizaron y toxicómanos por el simple hecho de serlos.
A estos, tenemos que sumar los ciudadanos de la Unión Europea, que pasan sus veranos, incluso todo el año en nuestro País –continúan pagando impuestos en los suyos– ó simplemente vienen hasta aquí en busca de atención sanitaria, operarse e incluso ponerse algún tipo de prótesis, que les resultaría extremadamente onerosa en su nación. Esto último tiene ya su propio nombre: “Turismo Sanitario”.
Más, sin entrar demasiado a causa de las connotaciones racistas, xenófobas, etcétera, que pudiera despertar en “los defensores de cualquiercosa”, “candiles de casa ajena” y “reivindicadores varios”, el gran número de operaciones conocidas como de fimosis, que no son otra cosa que circuncisiones, que los gilipollas “paisas” practican con más higiene, anestesia y gratis.
A la fuerza el sistema ha de tambalearse. Que buenos somos, cuando disparamos con pólvora ajena.
¿Insolidaridad? Se es solidario cuando se puede ser, no se le puede pedir a un vecino para dárselo a otro y del portal de al lado. Ó como decía mi santa bisabuela: No se puede desvestir a un santo para vestir a otro.

Y tú, funcionario, con tu mutis tragando brasas. Un recorte por aquí, otro también por aquí y otro más. ¿Cuanto va a durar el seto? Jamás oí que se hubieran bajado, por decreto o sin él, los sueldos.
¿Han sido los funcionarios, los causantes de esta enorme deuda, que con claridad, nadie comprende ni conoce su génesis? ¿Es la clave por lo que también se les sustrae la paga extra de Navidad, días de asuntos propios…? Y no sé quién sabrá que más. Porque ni el ministro encargado de las “cuentas” lo sabe, esto fue lo que contestó a la pregunta de un periodista, que intentaba conocer qué parte de los 65.000 millones, recaería sobre los ciudadanos “paganos”: El ahorro de las medidas está tan articulado, que no se pueden desglosar.
No sé bien, pero aquella respuesta me recordó a las célebres cuentas del Gran Capitán.
Pero no seamos negativos, pues todo no lo es, algo les suben: las horas de trabajo.
Horas que hacen presagiar menos contratos, despidos y traslados.
Hay que cabrearse con elegancia, eso sí, sin cohetes ni petardos, ni nada que moleste a la autoridad, que también son funcionarios. Hay que cabrearse digo, porque tras esta resta de cosas tuyas, parecen que se están “cachondeando”, haciendo escarnio, pues esta paga extra que vuela impunemente de tus bolsillos, te será devuelta mediante un ingreso en un banco para un fondo de pensiones.
En un banco, premiado con la suculenta cantidad de tantas pagas extras de dos años atrás, por la que no te darán ningún interés. En uno de esos bancos a los que tenemos que pagar sus desaciertos, su incompetencia, su…
Bancos que si están en la quiebra o cercanos, tenían que cerrar, dejarlos caer. ¿Conoces alguna zapatería de barrio, por poner un ejemplo, que haga una inversión en zapatos caros, no le entren clientes y como no puede venderlos el Estado lo subvencione para que no cierre?
¿Te han regalado algo los bancos? Ya ni la cutre agenda de tapas de plástico de antaño, de cuando daban intereses por tener allí tu dinero, de cuando no cobraban gastos… 
¿Y el IVA? No quiero cabrearte más, pero no es que suba del 18 al 21 por ciento, es que cosas tan “innecesarias” como el que te entierren, comprarte, para poder ver las facturas, unas gafas, sacarte una muela, cortarte el pelo, cosas que como ya eran baratas las agravan de un 8 a un 21. Tampoco es que el asunto sea muy grave, pues pocas facturas se hacen en estas actividades, suelen decirte: “si quiere factura, tendremos que ponerle y cobrarle el IVA.” Y tu vas y dices: no, déjelo. Total no te desgrava y entre lo que te costaba una endodoncia, unos 150 euros con IVA, y lo que te va a costar, unos veinticinco más. La elección es simple, más como se están poniendo las cosas.
¿Cuántos pisos más, que hasta ahora, se venderán con el nuevo tipo de impuesto del 10%
Sin embargo están convencidos que se recaudará más, lo que dá la medida del conocimiento, que los políticos poseen de la realidad de la nación.
Bajaremos más allá del listón de la pobreza. Habrá más morosos, más embargos, menor consumo. Triste se prevée la próxima campaña navideña, aunque se autorice la libertad de cierre y la de hacer rebajas cuando se quiera. No tendremos ni una triste moneda que sacarnos del bolsillo.
¿Para qué necesitamos tantos bancos? ¡Que cierren!
Si este País no puede permitirse lujos ni funcionarios ni una sanidad como la teníamos, tampoco la exagerada cantidad de políticos y cargos afines. ¡Que se reduzca el número!
Por muy democráticamente que fueran elegidos, la situación así lo requiere.
Que desaparezcan las subvenciones a partidos políticos y sindicatos, que se cierre el senado, las diputaciones y si es necesario las autonomías. Después que te hablen de sacrificios.
Cabréate, que los recortes, al igual que en los setos, comiencen por arriba.

Cabréate, tenga la culpa el PSOE y sus acólitos UGT y CCOO, como el PP, los sindicatos de funcionarios, Topogigo, los que votan todas las noches en el “Gato al Agua” de Intereconomía, María Antonia Iglesias o un servidor. No andes taciturno y silencioso, que sepan que existes, que no estás de acuerdo, sal a la calle sin necesidad de colores, nadie puede defender tus derechos mejor que tú. ¡Cabréate!






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